La fuente de toda la creación es la conciencia pura, que es nuestro estado esencial. La conciencia pura es potencialidad pura, es decir, el universo de las posibilidades y la creación infinita. Así, cuando nos damos cuenta de que nuestro verdadero ser es uno repleto de pura potencialidad -nuestro propio yo-, nos alineamos con el poder que manifiesta todo en la naturaleza.
Esto quiere decir que si vivimos de acuerdo con nuestro yo, nuestro punto de referencia será nuestro espíritu, en lugar del exterior. En cambio, si nos dejamos llevar por lo externo, el punto de referencia será nuestro ego, nuestra máscara social. No obstante, para apagar al ego, necesitamos un mínimo de 30 minutos de meditación al día. De esta forma, permitiremos que nuestro yo superior se muestre y pueda guiarnos.
“La meditación hace que todo el sistema nervioso entre en un campo de coherencia”
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